martes, 29 de junio de 2010






La mágia de la noche, la expresividad exultante de las superficies fragiles, de los edificios colosales, de su capacidad de retentiva, nos conducen hacia un mundo donde el color és tan efímero como una palabra gritada a contraviento.
Detalles de una de las pinturas de Jordi Joan
En proceso.
2010

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